Te dedico la noche, el silencio y la espera hasta apagar la
luz
Te dedico los brazos abiertos, las estrellas y la última
barra de carga del teléfono que no suena
Te dedico la alegría del triunfo y la soledad de la derrota,
que no fue derrota sin antes ser renuncia
Te dedico el café, el cigarrillo, el sillón y el reloj que
se salta las horas entre recuerdos.
Te dedico el “Estas en mí”, pero “No te tengo”.
Te dedico los sueños sin cama, el “Por qué no llegas?”, la
mano en la almohada.
Te dedico el beso que muerdo cada vez que te pienso y la
ausencia en la mirada.
Te dedico el bosque sin hadas y la lluvia sin viento.
Te dedico el puesto vacío que me acompaña en la cena.
Te dedico la fuerza de haber hablado lo dicho, pero por
sobre todo lo que callé y no dije.
Puede que sea tarde para la madrugada. Puede que no regreses
sin haber estado.
Aun así…
Si no vuelves, no me queda otra opción que dedicarte un eterno
recuerdo callado
Es difícil no admirarte, tus letras son realmente hermosas, son como puñales que penetran en mi alma, definitivamente que eres un poeta, un beso mi querido y lejano amigo
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