Ya no es preciso resistir al
cielo sino despedir el hechizo de la desilusión. Lo que hemos querido ha
cambiado notablemente y el destino debe hacerse cargo de la culpa. Hay que
iniciar el viaje sin maletas y con las alas rotas. Hay que cruzar el cementerio
de sueños. Hay que formar un camino al andar hasta encontrar los motivos para
regresar. Tal vez alguien nos espere en casa.
Octubre se rindió a la primavera y abandonó el viaje, mientras del reloj escapan excusas a tu ausencia. Repasamos las postales antes de partir. Fuimos injustos al privar aquel nosotros que será sombra en el trayecto. Pero hemos aprendido a derrotar los fracasos al encontrar la salida.
No hay más. El abismo nos indica
el final del camino. Si no me vas a llevar de la mano, llévame del recuerdo,
pero llévame contigo.
El silencio invita el próximo
paso. Caída libre.
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El silencio que queda después de estas letras es una puerta abierta. Adelante, estás en casa...