lunes, 5 de marzo de 2012

Volver a caer


Cuántas veces son suficientes para aprender?. Tropezar con la misma piedra era predecible al volver a recorrer el camino. Era lógico y racional. Pero esa incertidumbre tan propia de los sentimientos no fundamenta sus bases en la razón y de una manera ciega caminamos la misma senda confiando en que “esta vez” todo irá bien, todo funcionará de la forma perfecta. Tal cual como lo narra el subconsciente a las 5 de la mañana mientras estamos dormidos.
No todo es así y tal cual como dice el encabezado de este blog, las cosas no siempre resultan como queremos y suelen ser como son. Es así como volvemos a caer repitiendo la misma herida que no alcanzó a cicatrizar, o lo que es peor, a tropezar con la misma piedra en la misma posición. Fuimos ciegos, es verdad, pero soñamos y tuvimos fe en nuestros nuevos pasos sobre el antiguo camino. Ya lo dijo Einstein: “La gravedad no es responsable de las personas que se enamoran”.
Estar enamorado es nuestra excusa y argumento en busca de absolución. A no dudar somos los peores jueces con nosotros mismos y nos cuesta perdonarnos frente a un error repetido. Pero demos crédito a aquel esfuerzo de haberlo intentado, a aquel ayer que alguna vez fue mañana, a aquella esperanza inocente que fue producto de las circunstancias. Volvamos a soñar y a empezar de nuevo. Tal vez nos equivocamos y nadie más que nosotros sabrá pagar el precio. Saldaremos cada deuda con la vida. Nadie podrá enrostrarnos de no haber deseado cumplir nuestros sueños. Nadie. Ni nosotros mismos.
Gotthold Lessing una vez escribió: “Algunos se equivocan por temor a equivocarse”. No seremos nosotros.
Mañana nos perdonaremos, aún es muy pronto todavía.
Por hoy, intentemos aquietar el reciente dolor de la caída.