viernes, 30 de diciembre de 2011

Gracias 2011


Entre momentos que inician su camino al recuerdo comienza a despedirse este 2011. Quedan vivencias que inevitablemente se suben a la balanza en este vertiginoso pensar de la última semana del año. A no dudar, navidad debiera ser más distante del día en que cambiamos calendario. Así disfrutaríamos más ambas fiestas, correríamos menos y tendríamos más tiempo para compartir abrazos de esos que hacen tanta falta.

Que rápido se nos pasa el tiempo cuando estamos juntos y que lenta es la distancia cuando te echo de menos. Así se nos marcha el año. Entre miradas y suspiros del otro lado del andén, entre risas bajo la lluvia y lágrimas sobre el sillón, entre soledades ausentes y abrazos con sabor a para siempre, entre dormirte con un Te Amo y despertarte a besos.

Pero como a todo buen amigo y compañero que inicia su partida, hay que darnos el tiempo para saber despedir y agradecer. Gracias 2011. Tu tarea de una u otra manera ha sido cumplida y hemos de aprender de tus triunfos de igual modo que de tus fracasos. Puedes pasar a acrecentar aquello que llamamos experiencia y que en el fondo no es más que la suma de años. No te alarmes por dejar situaciones inconclusas, sueños por realizar o promesas pendientes. El nuevo año traerá las respuestas.

Tuyo es mi primer abrazo.


P.D. Muchas felicidades y mis mejores deseos de prosperidad y amor para quienes cruzan por estas letras. Trabajemos por un mundo mejor. Una sonrisa y un abrazo pueden ser un buen comienzo.

viernes, 23 de diciembre de 2011

Ausencia de letras

Cuatro meses han pasado desde mi última entrada al blog. Cuatro meses y un millón de silencios.

Extrañaba esta plataforma, es la sincera verdad. Extrañaba imaginar tus ojos buscando una actualización en este baile de palabras que te habla de lo que soy cuando no estás. Pero este vacío no daba tregua para nosotros dos y los días fueron formando semanas y las semanas meses.

Tal como versa Eduardo Gatti: “Justificar mi ausencia no es más que pretexto de vida y aventura…”

Entonces, que valga la excusa por la distancia que hoy nos reencuentra… las disculpas por la tardanza… la mano que te extiendo con el compromiso de no volver a dejarte lejos.

Si decides tu regreso, recuerda que siempre te he echado de menos.

sábado, 27 de agosto de 2011

Habitas tu ausencia

Habito las esperanzas caídas que cuelgan entre sueños de mi cama, mientras la noche no ayuda a este cruel intento de dormir sin ti. Erguida y perfecta, remueves las cenizas de tu risa en mi recuerdo y yo me arrincono abrazado por las paredes sin tus retratos, por los cajones sin tu ropa y la ausencia total que habitas en estos espacios más tuyos que míos.

Revive el aroma del silencio entre estelas de las palabras que no alcancé a decir y aún no te escribo. Imágenes pendientes de un futuro que dejamos huérfano reclaman su realidad, su expectante viaje abortado. La lluvia proclama la deserción del viento mientras cae la ciudad sobre la tarde. El reloj desploma minutos que se desvanecen presenciando la suave danza del humo del cigarrillo junto al café. Hace frío y fumo anestesiando en mi boca los besos que te debo, cicatrices y huellas de tu infinita ausencia en la que soy un reflejo.

Ausencia que habitas aun estando lejos.

Es noche los días que nos separan.

Descuida que yo, sigo estando contigo.

miércoles, 27 de julio de 2011

Ya nunca será tarde


Otros vientos traerán menos ausencias

Caerá la noche. Tendrás frío.

Y yo te abrigaré con la mirada como tantos otros inviernos.

Cómo estás amor mío?

Te echaba de menos.

Mis dedos cruzarán tu mano

Y tú sonreirás de nuevo.

Ya nunca será tarde.
El día de tu regreso.

Te extraño

Te extraño en cada silencio que ronda por la casa.
En aquella luz que hoy es sombra y en la que se adormece mi mirada sin la tuya.
Te extraño más de lo correcto, de lo permitido y de lo cierto.

Insomnes sueños que anhelan tu sonrisa se hacen acompañar de nostalgias por no entender tu partida.
Mi calle se ha llenado de semáforos en rojo
mientras el cielo se cubre de alas caídas.
No hay futuro que permanezca vivo abrigado por tu ausencia
No hay destino mío que no te nombre y te conozca.

Nunca es tarde, te digo, mirando tus fotografías.
Solo es invierno agitando la ventana en la que se avecina la noche
con el recuerdo de otras noches en las que fuiste mía.
El viento juega con los árboles y los tejados,
como lo hace el suspiro con el vapor del café.
Enciendo un cigarro. Levanto tu taza vacía.
No llegarás. Comienza a llover.

Pongo otro leño en la hoguera
por si hoy decidieras volver.
Y así mantener encendida
la esperanza de tenerte otra vez.

Te extraño. Nunca es tarde…
Pienso mientras cierro la puerta
y me pierdo entre la lluvia soñando que esperarás mi regreso.
Dónde iré sin ti?

martes, 5 de julio de 2011

Verdades probables


Escribiendo el testamento de un amor que se supo eterno, a veces tropiezo con tu ausencia, entre tanto desordenado recuerdo. Y dueles lejos, como duele la certeza de mis inseguridades si te acercas, colección fracasada de intentos al borde del camino.

Resisto en la melodía que deja el silencio de tu boca en la mía. Pruebo el alivio de tu beso como medicina a la soledad febril que en ocasiones me aborda y me inunda. Descansa la esperanza a un lado del teléfono sobre la mesa, en la llamada que no haces y que no llega. Tardas más de lo que quisiera, en saber de mí.

Aun así y desde este lado del amor, debes saber que te extraño y constantemente haces falta. Que los recuerdos señalan lo posible de los sueños y que el mundo en el que agito mis días parece mejor por la simple razón que tú estás en él. Que la vida se hace vida sólo a tus sencillos pasos y que oxigenas mis verdades probables, encubierta y permitida, en las que acostumbro tu mano en la mía. Te acaricio en el recuerdo y hoy te vistes de presente para hablar promesas futuras. Creo en ti, desde aquel momento que reconocí tu mirada y que cruzamos equivocados sueños para convertirnos en realidad.

Discúlpame tu lejanía y ocuparla como argumento a esta nostalgia mía de echarte de menos. Cuídate en la distancia, que mis brazos desesperan por cobijar tus besos. Vuelve pronto… o al menos no te vayas tan lejos.

lunes, 30 de mayo de 2011

De regreso


De regreso a nuestra ciudad cada kilómetro acumulaba silencios. Ya no bastaban los Te Amo y decir Te Quiero era gloriosamente insuficiente.

Fue un fin de semana a no dudar inolvidable. Sin percatarnos siquiera nos fuimos llenando de recuerdos nuevos, de aquellos que se cuentan entre risas y con la mirada, de aquellas sabrosas historias que se narran al borde de una chimenea en alguno de los mañana. Quería llevarte a volar y al cumplir mi sueño convertirme en el tuyo. De una u otra manera, creo que lo hice y volamos juntos recorriendo lugares nuevos.

La ausencia que tantas noches tragaba distancias y fumaba desencuentros, secó sus lágrimas de toda una tarde para darle una oportunidad al amor sincero. Yo sólo te abrí mis brazos, pero tú ya estabas adentro. Fue entonces cuando la ciudad, tan llena de tu presencia como de acumuladas soledades mías, rindió sus calles y sus plazas a nuestras miradas. Comenzaba la noche y se abrían las puertas selladas de antiguos bares al tiempo que bajaban las cortinas los centros comerciales. Tú y yo volviendo a ser eternos. Tal vez y quizás como el primer día, haciendo amistad en un viejo árbol, bailando entre las sombras de mujeres caídas sin nombre, descubriendo tu risa abrazada a mi pecho. Tanto paisaje en tu mirada aun corriendo por mis venas, me alborota la ciencia cierta de reconocer si fue mejor dormirnos cansados o despertar con tus sueños abrazados a mi cuerpo.

Intentamos hasta el cansancio el autoengaño de separar caminos, pero nunca nos soltamos de la mano.

Y es que tú, tienes esa manera perfecta de ser el verbo inolvidable.
Cómo explicar mañana lo tanto que fuiste hoy?. Ardua tarea. Pero eso será mañana y disculpa esta insistencia mía de seguir pensando en ti y de conjugarte eterna como siempre te quise. Disculpa esta irresponsabilidad de saborearte antes que seas recuerdo. De vivir el hoy, como el perro que le ladra al semáforo a final de mes.

Perdona este silencio de regreso.

Cuídate esta noche y siempre. Cada vez mucho, amor mío, no será suficiente. Yo intentaré aliviar la tos hasta tu regreso.

Se te extraña del modo más perfecto.

Una vez más comienzo a coleccionarte besos. Vuelve pronto. De sobra sabes que te espero.

lunes, 16 de mayo de 2011

Disculpa la tardanza

Cae el frio de la tarde y la noche incierta propone armar nuevas nostalgias tras tu acostumbrada despedida. Ya se agotaron las razones y las respuestas perdieron toda lógica. Entonces, de qué sirven las preguntas?.

La casa guarda su luto de abandono con la hoguera encendida y las luces apagadas. Las paredes conservan el respeto por la ausencia de tu risa y la alfombra celosa peina tus huellas ya desaparecidas. Me reciben en su humedad, entre sus pedazos de sueños rotos que como esquirlas de tanta felicidad estallaron causando heridas cada ayer más difícil de sanar. Abro la puerta y me saluda aquel silencio en que no estás. Le beso la frente y me disculpo por la tardanza.

La ciudad sigue su curso desnudando motivos que consigan tu regreso. Tal vez, alguna vez será suficiente. Cierran las tiendas y los semáforos rojos desesperan retrasando encuentros, mientras hierve el café. Afuera la vida ocurre tan intensa como quema adentro.

Me sentencian los espacios y tiempos en los que debo aprender a ser sin ti. Lluvias ajenas acariciando tu cuerpo, borrando los besos con que en tu piel escribí.
Avanza la tarde ya vestida de noche, mientras preparo la cena de silencios profundos y tan llenos de pensamientos, como los que seguían a cada canción de Serrano, que ya no volveremos a escuchar juntos…

domingo, 24 de abril de 2011

Me recuerdas las razones por las que te amo


La tarde se fue llenando de ilusiones que paso a paso van haciendo real el sueño.

Comenzaba a coleccionar sonrisas de aquellas que se extrañan y recuerdan en las noches de invierno. Nuevos abrazos, manos que se juntan y nuevos besos de rostros tan familiares que basta cruzar miradas para reconocernos. Todos en búsqueda de tu felicidad... y tus ojos brillaban en medio.

Entre amigos tan familiares y familiares tan amigos, descubrí aquel paisaje como un niño ansioso de aprender todos y cada uno de los recuerdos tuyos. El aroma de los eucaliptos deseosos de nuestras iniciales talladas juntas, apaciguaban mi tos rebelde con las ganas de fumar (por cierto, recordé mi promesa de hace dos días atrás. Lo haré).

Repasamos los lugares, atento a tus historias, que a la vez me recordaron los motivos por los que sigo vivo. Aquel lugar donde caíste, la vieja escuela, la sede comunitaria… y cómo olvidar las señoritas solteras. Respiraba en tus ojos paz, amor y ese olor a nuevos sueños de mi mano que se confundía con la tierra mojada, el pasto, los pinos y los eucaliptos.

De regreso a la ciudad, entre las luces de neón que en su manto eléctrico intentaban ocultar las estrellas, reviví tu imagen congelada tras despedirnos. Perfecta, esbelta, adorable, enviándome un beso. Sonreí a las historias por conocer y te asumí como la mejor medicina a mi cuadro febril. Sin dudar, el ibuprofeno es menos efectivo que tu beso.

Mientras cruzo la vista atrás imagino los abrazos pendientes y no me queda más que agradecer. Dar las gracias no es ni será suficiente por todo lo vivido hoy. Adeudo mil momentos buenos a tanta gente que recién comienzo a conocer. Y por sobre todo a ti, que una vez más y como tantas otras veces, te vuelves eterna.

Ganas de volver… mañana puede ser un buen día.

miércoles, 9 de marzo de 2011

Un par de decisiones



"Comprende que solo un segundo,
lo habría cambiado todo.
Un par de decisiones"

"Finges que lo nuestro no era lo que yo pensaba
y que ahora estás mejor que antes
y por dentro estás peor que yo"

Canciones... porsimeolvidas