jueves, 26 de julio de 2012

Ciertamente


Ciertamente la vida nos va atrapando entre algunos tediosos conciertos que alguien llamó rutina. Canciones que alguna vez fueron nuevas y hoy suenan repetidas en la misma estación de radio. Nada nuevo. Intrascendental y de relleno como un martes, miércoles o jueves. Nada que sorprenda tus días. Llegas a casa arrastrando los mismos aplausos y aquellas viejas críticas. Todo da igual y a veces es mejor ver pacientemente como las semanas se consumen en tardes de domingo o hacer eterno el amarillo del semáforo. Da igual.

Ciertamente no estamos despertando del sueño que tuvimos una vez de niños. Somos otros, distintos. Y aquel millón de argumentos que tenemos para justificar que equivocamos el camino, no nos absuelve de la sentencia a seguir siendo nosotros  mismos. Hay que pagar la culpa de haber querido ser mejores.

Ciertamente la vida ocurre esperando tu llamada que no llega, tu sonrisa que no acontece, o tu abrazo en el retrato que no cuelga de la pared.

Ciertamente escribo lo que soy sin ti, esperando tu regreso, mientras decides no volver.

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El silencio que queda después de estas letras es una puerta abierta. Adelante, estás en casa...