domingo, 24 de enero de 2016

Voy de vuelta

Se hacía tarde para el regreso.
Disculpa las ausencias, las dudas, tus preguntas que me inundan y mis respuestas llenas de silencios. Disculpa los nuevos proyectos que nunca empezaron y que me siguen despertando mientras sueño… Discúlpame cada vez sin ti.

Me aborda el tiempo y ahora preciso el momento en que debo encontrarte. No es una necesidad sino una posible urgencia. Por eso este retorno a la ciudad se llena más de mis deseos de amarte. De imaginar que me sigues esperando, o de seguir soñando esa espera.

Tengo el temor a que tan prolongado alejamiento haya formado separaciones imposibles de salvar. Tristezas y soledades que te mienten mi abandono. Motivos que me marginan del recuerdo… Pero guardo la pequeña esperanza que el repaso en tu memoria me regale un momento de ti. No sé si una mirada, ojalá un beso…

Voy de vuelta.

Voy por ti.

domingo, 14 de junio de 2015

De mi ausencia y de ti


Me apuran los regresos.
Aquellos, que esperan pacientes.

Tú sabes que vengo de vuelta, lleno de recuerdos y silencios...
... gracias, por esperarme despierta.

jueves, 20 de febrero de 2014

Contigo Venezuela

Mis letras no acostumbran a hablar de política ni de religión, por respeto a la universalidad de creencias que es lo que nos hace ser únicos e irrepetibles. Desde pequeño se me enseñó a tolerar la diversidad de pensamiento, a defender las ideas sin imponerlas y a no soportar las injusticias.

Hoy en cambio, me autoconcedo la licencia de dejarte pendiente esta noche amor, por un dolor que lleva algunos días acrecentándose en las venas. Bien sabes que no soporto mantenerme impasible al borde del camino.

Me resulta imposible cerrar los ojos, taparme los oídos o responder con silencio a lo que sucede en Venezuela. Tal vez sean recuerdos que se me vienen a la memoria los que se mezclan con las imágenes que llegan. La desigualdad en la lucha de las ideas contra el poder o la injusticia de las manos vacías contra las armas.

“Pensar es un acto de rebelión”, escribí una vez en los pasillos de la universidad. Eran otros tiempos, otros colores, otros hemisferios, pero la misma lucha que hoy veo en Venezuela. Estudiantes armados con cuadernos, dueñas de casa con ollas, caceroleos, noches angustiadas con lluvia de balas, cortes de luz y gas lacrimógeno en el aire.

Si en nuestras propias vidas aunque cambiemos el camino tropezamos con la misma piedra, como países estamos destinados a repetir errores aunque cambiemos gobiernos. No aprendemos por más que nos llenemos de experiencia. Sucedió ayer en Chile contra Pinochet, sucede hoy en Venezuela contra Maduro.

No te confundas. No hablo de política sino de injusticias. Porque toda muerte es indebida e innecesaria.

Privar el pensamiento es limitar los sueños… Hoy que ya abandoné la universidad, me falta un muro donde escribirlo. Aunque me reconforta saber que nuevas generaciones han heredado la lucha por sus ideales.


Aún sin conocerte, me dueles Venezuela… Y es que así son los grandes amores.

No estás sola.

domingo, 4 de agosto de 2013

Es tiempo de ti

A veces marcharse es la única forma de volver. El silencio tiene más palabras y mejores verbos que las voces. Y en ocasiones es mejor consejero. La distancia nos enseña, aunque nos hiera la ausencia de todo lo que no queremos lejos.

Callaron las letras durante un tiempo errante y casi eterno. El vértigo las atrapaba entre sus propias espinas sobre jardines ajenos, en los que hoy llueve esperando septiembre. Las luces se encendían más temprano sobre las veredas apurando los sueños y las promesas.


Se sumaba un naufragio de abrazos a estas ganas de verte y quizás por eso cada día se subía un recuerdo a mi maleta, hasta descubrir que a la semana le sobran lunes y le faltan contigo. Así fui vigilando los momentos que te debo hasta abandonar las excusas antes que seamos otros. Es tiempo de ti, al precio que ponga el futuro.


Hoy mis manos, en la ausencia de tu pelo, vuelven a golpear teclas sobre la computadora añorándote cerca. No sé si esperarás mi regreso antes que las luces se apaguen, pero has de saber que en cada sueño te espera mi beso.

domingo, 12 de mayo de 2013

De regreso


El camino se hace corto cuando nos esperan. No ha sido fácil soportar la distancia ni ha sido simple dormir al tiempo cuando se enferma de ausencia. Pero aquí estamos, ya de regreso.

Traemos la maleta llena de experiencias. La misma maleta con la que nos marchamos aquella vez tan llena de recuerdos. Recuerdos que hoy nos hacen volver.


No sabíamos cuánto tardaría el viaje y quizás esa fue la razón por la que nos fuimos sin despedirnos. O tal vez no. Tal vez fue nuestro miedo al abismo que deja el silencio tras la última palabra, la última mirada, el último beso. Bien sabes que no me gustan las despedidas pues el destino juega con las que son definitivas. Prefiero los “Hasta pronto”, “Luego nos vemos” o “Nos comunicamos”, pues basta la magia del recuerdo para estar comunicados. La vida me ha enseñado que un “Adiós” puede ser demasiado tiempo y que nunca debes despedirte sin un “Te quiero”. Lo único que puedes hacer por el mañana, es hoy dejarle el mejor ayer.

De una u otra manera, vamos de regreso.

Tengo tantas cosas por contarte y todas comienzan con un “Te echaba de menos”. Es tarde y hace frío. Te encontraré dormida con la hoguera encendida. Cansada y hermosa, como te soñé cada  noche y como te esperé cada día. Sonreirás al verme y entre tu risa y tu abrazo, confirmarán mis sueños que en verdad nunca me he ido.

La espera no ha sido en vano, vida mía, pienso mientras camino entre la humedad y el humo de regreso a ti… a casa.

Voy de regreso a ti, mi beso a tu frente, mis brazos a tu espalda y todo mi ayer a tu mañana.

Te echaba de menos…

P.D. Gracias por la espera, por la búsqueda y por dormir con aquella vieja promesa: “Donde mis letras te alcancen, estoy contigo.”

viernes, 4 de enero de 2013

Te dedico


Te dedico la noche, el silencio y la espera hasta apagar la luz

Te dedico los brazos abiertos, las estrellas y la última barra de carga del teléfono que no suena

Te dedico la alegría del triunfo y la soledad de la derrota, que no fue derrota sin antes ser renuncia

Te dedico el café, el cigarrillo, el sillón y el reloj que se salta las horas entre recuerdos.

Te dedico el “Estas en mí”, pero “No te tengo”.

Te dedico los sueños sin cama, el “Por qué no llegas?”, la mano en la almohada.

Te dedico el beso que muerdo cada vez que te pienso y la ausencia en la mirada.

Te dedico el bosque sin hadas y la lluvia sin viento.

Te dedico el puesto vacío que me acompaña en la cena.

Te dedico la fuerza de haber hablado lo dicho, pero por sobre todo lo que callé y no dije.

Puede que sea tarde para la madrugada. Puede que no regreses sin haber estado.

Aun así…

Si no vuelves, no me queda otra opción que dedicarte un eterno recuerdo callado