miércoles, 28 de julio de 2010

Ni mañana, ni ayer... (algo entre tus pies y yo)


Sé que no te extraño. Que no te necesito. Que no haces falta… y de eso mis no te quiero son testigos. Sé que no muero si no estás. Que vivo y hasta a veces sonrío en esta soledad.

Ya no te llamo. Menos te nombro. Para qué?... Si con soñarte no te despertaré?. Para qué pronunciarte si no llegarás?. No estás. Te morí y hoy nazco. Mucho hielo entre las sombras de risas que no fueron. No será demasiado silencio para sepultarte?

Hace frío en el andén mientras no se que hacer con tus zapatos olvidados preguntando… ¿Qué haremos con tus pies desnudos?. Me obligo a inventar una respuesta. Y no lo sé... Apenas sé que no te extraño… Como las estrellas no te llamaron, ni la luna de ayer, para alumbrarte esta vez... Solo esta vez… ni mañana, ni ayer.
Y quien fuera yo para odiarte. Después de dos mil y una razón, encerrado en la cocina mientras me provocas desde la habitación.

No soy yo… Eres tu, la que no tienes solución.
Y tu volver, no mañana sino nunca… Y yo esperarte hasta ayer.
Déjame desayunarte pintada sin textura sobre la cama. Autorízate a ser de madrugada el sendero al lado de mi rio, o despiértame entre nubes que revientan... que yo te abrazaré con mi beso en tu frente... Tú sólo abrígame dos minutos antes… pues en mi calle hace frío…

Si vas a nacer desde la muralla no te des una razón para ser mujer, si yo te soñaba ángel. Si vas a despertar del muro... Libre, descalza… Ahoga mi boca, asesina mis palabras… Perdona tu roce en mis labios y senténciame a soñarte una vida o a esperarte al menos... las que sean suficientes para ti.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

El silencio que queda después de estas letras es una puerta abierta. Adelante, estás en casa...