
Tendidas, renunciadas y exhaustas
al borde de miradas muertas.
Ya te escribí en el agua
mis mejores palabras.
Prescindí de beberte
equilibrando mi razón
Cuando cada atardecer te amaneces,
te beso sangrando lágrimas
casi en forma inconsciete
pronunciando tu perdón.
No podría sentenciar tu suerte
sin apostarme yo
Y es que no te quiero mas ausente
de lo que faltaste hoy.