domingo, 11 de julio de 2010

Tu Capuccino de cada mañana..........


Sin duda, uno puede coincidir en letras... en palabras... y tal vez en frases... y cada vez se hace menos cierto que uno pueda coincidir en vivencias y pensamientos con alguien que existió mucho antes menos de mi entierro... de una forma u otra... navegando por internet encontré esto... y sentí que lo escribí alguna vez por ti:

Echó café
en la taza.
Echó leche
en la taza de café.
Echó azúcar
en el café con leche.
Con la cucharilla
lo revolvió.
Bebió el café con leche.
Dejó la taza
sin hablarme.
Encendió un cigarrillo.
Hizo anillos
de humo.
Volcó la ceniza
en el cenicero
sin hablarme.
Sin mirarme
se puso de pie.
Se puso
el sombrero.
Se puso
el impermeable
porque llovía.
se marchó
bajo la lluvia.
Sin decir palabra.
Sin mirarme.
Y me cubrí
la cara con las manos.
Y lloré...

(Jacques Prevert)
... te lo debo

viernes, 18 de junio de 2010

No me excuses


Como un sentir profundo
Mío. Demasiado mío.
Voy formando un camino
Para los dos.

Para ti.
Tú… El “a veces” más absoluto aún
Que la conciencia de mi destino
Para mi
Todavía mas pobre
Y casi al abandono de tu realidad.

De morirte tantas veces
Subjetivé tu presencia
Condicionada a la inexistencia
Enfermabas de no tenerme

Yo, tu medicina
Tu, mi salvación
Siglos de ausencias sacrificaron sus vidas
Sin rendir explicación
Fue cuando naufragué a nombrarte
Que se abrieron tus ojos
Y me despertó tu voz.

Y aquí tú conmigo.
Y allí contigo yo.
Rompiendo teorías
Barriendo abstracticidades
Creando inecuaciones distantes
Desvelando el lenguaje
Que mañana enseñaré… o tal vez no.

Permíteme invitarte a este baile
Abrázame con la promesa de verte siempre
Tiéndete a mi lado sin ayer.
No me excuses mirarte sin acariciarte
No me perdones hablarte sin quererte
Que no volveré a dormirme sin respirarte
Hasta agotar tu deseo
De tanto amarte

Una semana?
Te parece poco?
Dame tiempo…
Verás que algún día llegaré a ser para ti
Lo que hoy eres para mi.

Desde hoy


Yo ya no puedo esperarte
Ya mi frente se ha cansado
De buscar la frente tuya
Y tu pelo.
Son mis labios congelados
Que reclamaron tu aliento
Los que se están cerrando
Lapidarios de tu beso.

Yo ya no puedo esperarte
Sino absolverte unos días
A pesar de todo
Darte tiempo
Para que recojas tus cosas
De mi vida y mi pensamiento

Si nunca me quisiste contigo
De qué me vale tu recuerdo?
Adjúntalo a tu equipaje,
Déjalo junto a mis sueños.
Llévate todo, no olvides nada
Tu nombre, tu ayer, tu mañana
Llévate el aire, tu voz y tus gestos
Tu risa y la magia de tu mirada
Pero déjame el sonido del viento
Que cuando despierte de ti
Quiero mirarlo a la cara
Y decirle:
Ya no te quiero.

Yo ya no puedo vivirte
Por eso
Desde hoy te muero.

viernes, 2 de abril de 2010

Una decisión...



"Hay momentos en la vida en que una sola decisión, en un solo instante, cambia irremediablemente el curso de las cosas.
Cuando decides disparar a alguien, cuando decides quererlo o no quererlo, cuando decides tirar para adelante, cuando decides mentir, traicionar, ocultar o cruzar la línea.
Esa décima de segundo puede hacer girar todo al lado oscuro o inundarlo de luz.
Podrá hacer de ti un héroe o un criminal, podrá llevarte al cielo o al infierno, pero siempre será un lugar desde el cual no podrás volver atrás."

Decide...
qué harás con nuestras vidas?

lunes, 29 de marzo de 2010

Culpable



No se si culparme por este dolor de adentro, por la constante tristeza, por el auto-daño, por creerte de nuevo...

O por seguirte amando tanto.

De una u otra manera, te absuelvo de toda pena... y del olvido.

Una vez mas... de cero

Lo has hecho otra vez.

No te bastaba seguir entre mis sueños y mis recuerdos. No te era suficiente eso.

Volviste a aparecer. Volviste a seducir con tus ojos y hacer arder el amor con tu mirada. Volviste a abrir mis alas con tu abrazo para invitarme a volar juntos otra vez.
Y yo te miré. Te escuché. Te leí… cerré mis ojos a tu retrato de antes y mis oídos a las voces que hablaban de daños pasados.

Abandonado a ese bosque en el que entramos cuando nos enamoramos, en el cual intentamos avanzar, encontrar un camino. Entregado a la sombra de esos árboles que nos protegen tanto del sol como de la lluvia y el frío. Ese bosque tal vez grande o tal vez pequeño y que nunca averiguaremos su tamaño ni su importancia en nuestras vidas, sino sólo cruzándolo o quedándonos para siempre en él.

Yo sin pensarlo siquiera, sequé mi mejilla y te seguí. Volví a creer en ti.
Porque no existe un lugar favorito para mi que no esté en tu cuerpo. Todo está en ti. Mis sentimientos, mis buenos y malos momentos. Lo que soy, lo que dejé de ser y lo que quise ser algún día. Todo… mi vida.

Volví a volar a tu lado y a guiar tu vuelo.
Alimentado por aquel bosque eterno, volvieron a soplar vientos de esperanzas suficientes para comenzar a soñar con los ojos abiertos.

Yo te dije: “Quédate para siempre”

Pero tú…
Tú volviste a hacerlo.